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  • Foto del escritorCarlos Cruz

Redescubriendo Panamá - Enero 2018

Redescubriendo Panamá – Enero 2018

Un nuevo año ha iniciado, con nuevas metas, nuevos sueños y nuevos destinos que explorar, pero si no son nuevos, entonces una nueva forma de verlos y disfrutarlos. Este es uno de nuestros principios cuando visitamos algún lugar de Panamá, verlo siempre desde otro punto de vista, porque no se trata de que no haya suficientes lugares a los que ir, pero generalmente vamos a los mismos, ya sea por costumbre, comodidad o porque simplemente se nos acabaron las ideas. Acostumbramos regresar a esos sitios que nos gustan, que nos traen buenos recuerdos y que podemos disfrutar en familia o solos. Pienso que el objetivo debería ser pasarlo bien de manaras distintas y no acostumbrarnos a lo mismo.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Ya les he contado lo que yo hago y que es muy simple. Primero, investigar un poco en Google; y segundo, siempre hay alguien que conoce el área o está el conocido de un amigo del primo que ha estado en el lugar y de quienes puedes obtener referencias. Claro, te tomas la molestia de investigar si piensas hacer algo diferente.

El trip a La Yeguada

Como siempre, y como ya dije, empecé haciendo una búsqueda de las cosas o lugares que podrían llamar mi atención en La Yeguada, aunque ya he ido. ¿Qué hace la gente casi siempre? Sí, van a acampar en La Laguna o en el campamento del Ministerio de Ambiente, cerca del chorro. El lugar estaba bastante lleno de tiendas de acampar porque elijen quedarse ahí y tal vez caminar en los alrededores. Para hospedaje y comer no hay muchas opciones y que yo sepa, sólo hay un lugar que alquila cabañas y creo que es una. La cabaña cuesta como $50 dólares y está cerca de la laguna. Para comer, sólo hay un restaurante y aunque nunca he comido allí, me han contado que sus precios son un poco altos, para la opinión de algunos. Existen otras opciones menos formales pero que resuelven muy bien, por ejemplo, hay familias que ofrecen hospedaje en casas desocupadas o que preparan comida para la venta, sólo es cuestión de averiguar. En nuestro caso, afortunadamente, teníamos donde dormir y comer, lo importante es lo que íbamos a hacer durante muestra estadía. Por supuesto, yo había hecho mi tarea previa y ya tenía planes sobre lo que quería hacer y dónde ir. Además de las fotos que iba haciendo en el camino, tenía una meta y era subir el Cerro El Castillo a la mañana siguiente para tomar fotos desde lo alto del cerro. Efectivamente, a las 5:30 am del día siguiente ya estábamos listos para partir hacia el cerro; íbamos mi friend Eric A., nuestro guía Yuquili y yo. Cuando iniciamos la caminata aún estaba oscuro, pero no fue un obstáculo. Ya eran las 6:00 am, nos dirigimos en medio de un potrero o de varios, y tuvimos que pasar varias cercas, pero cool, ya que Yuquili sabía por dónde llevarnos. Pasamos un riachuelo y yo aprovechaba para hacer algunos videos y fotos. Se suponía que sería una caminata de hora y media a dos horas sólo la ida, pero le dije a Yuquili que nuestra prioridad no era ir rápido; más bien queríamos disfrutar el paisaje y hacer muchas fotos.

La caminata fue extenuante, el terreno era irregular, veíamos a lo lejos un tanque de almacenamiento de agua, en una colina previa al cerro. Pensábamos que no llegaríamos nunca, pero después de un rato ya casi llegábamos al tanque. Cuando llegamos miré atrás y me di cuenta de todo lo que habíamos caminado; más allá en el horizonte se asomaba el sol, así que aproveché e hice varias fotos. Cuando miré nuevamente hacia adelante, noté que todavía faltaba rantan (‘’bastante’’ en panameño) de camino y cuando eso ya llevábamos cerca de dos horas (normalmente hay gente que hace hora y media o menos hasta la cima). A partir de este punto caminamos como 45 minutos más hasta arriba, pero yo me ubiqué en un spot que encontré entre dos pinos; ahí puse mi hamaca, abrí el trípode y monté la cámara para hacer fotos de larga exposición, ¡acostado desde mi hamaca!

El viento era fuerte, de pronto había ráfagas mas fuertes y ya empezaba a lloviznar, así que empecé a recoger todo, mientras esperaba a Eric y Yuquili, quienes habían seguido caminando y explorando el área.

Fue una aventura diferente a lo que siempre hacíamos en La Yeguada, disfrutamos la caminata y la naturaleza y al final el trip duró casi seis horas y a pesar del cansancio, nos fuimos en la tarde a tomar fotos en la cascada. Hasta aquí les dejo esta historia, pero vean las fotos abajo.

Festival de Las Mil Polleras

Este Festival, en mi opinión, es uno de los más bellos y turísticamente representativo del folklore panameño. Obviamente, todo el evento gira alrededor de La Pollera en sus diversas elaboraciones según la región del país; y claro, también gira alrededor de la mujer panameña, ataviada con tan fina prenda, es digno de ver y exaltar. Sin embargo, esto no es lo único que sucede en el Festival, también están los Montunos, los músicos que acompañan las delegaciones, el público a la orilla de la calle, el abuelo sonando una caja, la señora empollerada que no va en ninguna delegación peo igual se pasea alegre y orgullosa… ¡todo el mundo la admira!

Este año participaron más de 100 delegaciones y cerca de 20,000 polleras en este evento, un espectáculo deslumbrante. Como se imaginarán, encontrar hospedaje durante esta u otras fiestas que se llevan a cabo en Las Tablas es casi una odisea, así que hay que reservar con tiempo suficiente si quieres quedarte en un hotel. Otra opción es quedarse en un hotel en Chitré y viajar a Las Tablas; por último, otra opción es que vayas y regreses el mismo día, lo cual no recomiendo. Por ejemplo, yo me instalé en casa de unos buenos amigos en La Villa de Los Santos y viajé a Las Tablas temprano el día del desfile para evitar el tranque.

Para comer, también hay variadas y deliciosas opciones; las fondas a orilla de las calles son propicias para darse un banquete. En esta ocasión me decidí por comer en el restaurante La Maestra, donde preparan unas hamburguesas y emparedados deliciosos. En Las Tablas puedes encontrar opciones accesibles y ricas, sólo debes decidir qué comer.

Ya en el desfile, ciertamente vimos miles de polleras, hicimos muchas fotos y logramos captar muchos momentos únicos. El desfile terminó en horas de la noche, yo no pude quedarme todo ese tiempo, pero estuve el tiempo necesario para disfrutarlo y hacer todas las fotos que quería.

Aquí abajo les dejo algunas fotos del desfile, que espero les gusten.

Espero te gusten las fotosf

@carloscruzfotografiaptyy

@redescurbiendo_panamá

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