Imama Warra - 16 de diciembre de 2020
El jaguar es símbolo de fuerza, de vida y fertilidad, es el felino más grande de América. Para las antiguas civilizaciones que surgieron en nuestro Continente, el jaguar era y todavía es el animal más temido que habita en la tierra, y por eso tenía un gran simbolismo religioso y militar para nuestros antepasados. Es por esto que el Pueblo Emberá lo ha mantenido hasta hoy como uno de los símbolos más representativos de fuerza. Cuando los españoles llegaron a América, los Emberá ya habitaban parte del territorio de lo que ahora es Colombia. Los Españoles les denominaron como indios chocoes.
Los Emberá son una población originaria del Continente Americano, que actualmente habita zonas de la región del Pacífico, principalmente, de Colombia, Panamá y Ecuador. Según los censos de población más recientes, en Panamá habitan más de 38,000 personas de la etnia Emberá; más de 196,000 en Colombia; y 68,000 en Ecuador.
Ante los drásticos avances y cambios globales y probablemente la disminución considerable en la cantidad de población que representa a esta etnia indígena desde que los Españoles llegaron a América, nos preguntábamos, ¿cómo habría afectado la evolución, los avances tecnológicos y los cambios globales a este grupo indígena?, ¿de qué viven?, ¿son transmitidas sus costumbres y tradiciones a las nuevas generaciones y aún se practican? Pues, nos encontramos que ellos no han sido ajenos a los avances socio-culturales y tecnológicos, sería ilógico pensar que culturalmente siguen en “tapa rabos”. Sus jóvenes también visten a la moda y poseen teléfonos celulares de última generación, pero sus padres y principalmente sus abuelos, están decididos a no dejar perder su cultura. Al preguntarle a Marcelino, uno de los Líderes de la comunidad Piedras Blancas (Mongara Torró en lengua Emberá) , ¿cuál era su principal medio de vida?, contestó: “nosotros vivimos del turismo ecológico y cultural, nuestra comunidad trabaja en conjunto para recibir a los turistas y mostrarles nuestra cultura, nuestras artesanías y cómo vivimos, de eso dependemos principalmente para vivir.”
Los grupos indígenas son reconocidos mundialmente como guardianes de los bosques, ya que ellos han encontrado la forma de convivir con el medio ambiente, tomando lo que necesitan, pero también protegiéndolo y restaurándolo.
El Pueblo Emberá también ha sido impactado de manera significativa por los eventos globales, como la pandemia del covid-19, lo cual les ha forzado a adaptarse para sobrevivir. Aquí en Panamá, fueron siete largos meses sin recibir turistas locales o extranjeros, lo cual prácticamente eliminó su principal ingreso. De vuelta en la actividad, han sabido hacer los ajustes necesarios para seguir mostrando al mundo su cultura y pasión por sus tradiciones; sin embargo, la nueva normalidad también ha forzado nuevas adaptaciones, que han tenido que asumir, aún afrontando un bajo nivel de actividad turística en medio de las restricciones de la pandemia. Lo más probable es que este fin de año sufran un nuevo golpe a su economía de subsistencia, ya que ante el aumento considerable de casos de Covid-19, las autoridades de salud han dictado nuevas disposiciones que limitan parcialmente el movimiento de personas.
En lo que respecta a sus rituales, ciertamente se practican cada vez menos, dependiendo de cómo se lleve a cabo. En una entrevista que hicimos a Rigoberto, joven Emberá graduado de la Licenciatura en Inglés de la Universidad de Panamá. Rigo, como cariñosamente le llamamos, decidió volver a su comunidad para apoyarlos en el desarrollo de la actividad turística, puesto que él hace de guía y traductor para los visitantes extranjeros que se comunican en idioma inglés. Le preguntamos, Rigo ¿Piensas que hay tradiciones o rituales que se podrían estar perdiendo? Rigoberto contestó con una pasión desbordante y brillo en sus ojos, “hay rituales que cada vez se practican menos, como el ritual de “La Ombligada”, que consiste en hacer cenizas con una parte de un animal (sus garras o sus colmillos) y colocar las cenizas en el ombligo de un recién nacido, una vez cortado el cordón umbilical, con el fin de transmitir la mejor cualidad de ese animal; por ejemplo, la fuerza de un jaguar o la aguda vista de un águila, lo cual les dará la fortaleza para ser excelentes cazadores, pescadores y navegantes; pero este es un ritual que cada vez se practica menos, por razones de protección de las especies que se escogían para el ritual, como el Jaguar. Ahora, en vez de cazar un animal, se podría hacer con restos de animales que ya hayan fallecidos. Yo tomé la decisión de ir a estudiar a la ciudad y volver a mi comunidad para apoyarlos y ayudar a que los niños se motiven y aprendan sobre su cultura, pero que también estudien y se gradúen de carreras que sean de beneficio para ellos y sus familias.”
Imama Warra (hijo del jaguar) ha perdurado por más de 500 años, a pesar de los avances culturales, tecnológicos y a pesar de las pandemias. El hijo del jaguar se adapta, sobrevive y sigue luchando para ocupar su lugar en esta tierra.
---------------------------------------------------------
Si quieres contribuir a que familias Emberá de las comunidades Mongara Torró y Puru Biakirú en el Parque Nacional Chagres tengan una Navidad digna, no dudes en comunicarte conmigo para des tu aporte en juguetes nuevos o usados en buen estado, ropa nueva o usada en buen estado y alimentos secos.
¡Gracias y felices fiestas!
Carlos